Wendy & Rita: el retorno
Como recordaréis los más habituales, no hace mucho que hablé por aquí sobre una publicación gratuita llamada Wendy & Rita, y no precisamente de forma positiva. Hoy he vuelto a coger su entrega número 9 en Elektra (sí, soy reincidente) y, para mi sorpresa, han publicado en la revista mi ya mencionado post y además han añadido una respuesta a lo que yo decía.
Primero, he de admitir que les honra el haber publicado mi texto desde la primera hasta la última sílaba (con lo fácil que les hubiera sido escoger algunos fragmentos y manipularlos a su antojo, práctica muy habitual en muchas publicaciones). No sé como se habrán enterado de la existencia de este weblog, pero no tenían nada que ganar publicando una crítica negativa que yo ni siquiera les había mandado y, sin embargo, lo han hecho. Y no sólo eso, sino que su respuesta es de una corrección y educación encomiables (cuando, de nuevo, es muy habitual en algunas revistas el tratar al lector como un ignorante que no se entera y no entiende nada). Desde luego, dicha respuesta contrasta con mi crítica, que tenía bastante bilis y mala leche (me disculpo por ello, sobre todo por la forma), debido en parte a que cuando escribo en el blog lo hago con la total libertad de hacerlo primero para mí mismo y luego para los demás (si les hubiera escrito directamente a ellos hubiera dicho las cosas de una manera más suave y meditada, por simple y pura educación).
A tenor de lo dicho, e insistiendo en el tono y contenido de su respuesta, debo reconocer que quizás me haya equivocado respecto al tipo de personas que yo creía que estaban detrás de esta publicación y sean diferentes a los estereotipos que yo quise representar en aquel post. Por supuesto, también les reconozco el enorme trabajo que lo que hacen lleva detrás (lo sé por las veces que he editado o colaborado en fanzines) y admito que, efectivamente, no soy ningún entendido en programas de diseño gráfico. Pese a ello, en este número sigo pensando que el guión del cómic más bien parece el de una telenovela venezolana (algo probablemente buscado adrede) y que la aparición especial del pesadísimo Carlinhos Brown al final casi me saca de mis casillas (lo de que me guste o no el dibujo infográfico ya es cosa mía y de mis manías). Por otra parte, yo no veo tan innovador lo de insertar la publicidad dentro de la ficción de las viñetas, no es tan diferente de cuando salen los protagonistas de alguna teleserie española desayunando con un luminoso tetrabrick de Pascual en el centro de la mesa.
En cualquier caso, y como siempre sucede, lo mejor es que le echéis un vistazo a la revista y la juzguéis personalmente.
Primero, he de admitir que les honra el haber publicado mi texto desde la primera hasta la última sílaba (con lo fácil que les hubiera sido escoger algunos fragmentos y manipularlos a su antojo, práctica muy habitual en muchas publicaciones). No sé como se habrán enterado de la existencia de este weblog, pero no tenían nada que ganar publicando una crítica negativa que yo ni siquiera les había mandado y, sin embargo, lo han hecho. Y no sólo eso, sino que su respuesta es de una corrección y educación encomiables (cuando, de nuevo, es muy habitual en algunas revistas el tratar al lector como un ignorante que no se entera y no entiende nada). Desde luego, dicha respuesta contrasta con mi crítica, que tenía bastante bilis y mala leche (me disculpo por ello, sobre todo por la forma), debido en parte a que cuando escribo en el blog lo hago con la total libertad de hacerlo primero para mí mismo y luego para los demás (si les hubiera escrito directamente a ellos hubiera dicho las cosas de una manera más suave y meditada, por simple y pura educación).
A tenor de lo dicho, e insistiendo en el tono y contenido de su respuesta, debo reconocer que quizás me haya equivocado respecto al tipo de personas que yo creía que estaban detrás de esta publicación y sean diferentes a los estereotipos que yo quise representar en aquel post. Por supuesto, también les reconozco el enorme trabajo que lo que hacen lleva detrás (lo sé por las veces que he editado o colaborado en fanzines) y admito que, efectivamente, no soy ningún entendido en programas de diseño gráfico. Pese a ello, en este número sigo pensando que el guión del cómic más bien parece el de una telenovela venezolana (algo probablemente buscado adrede) y que la aparición especial del pesadísimo Carlinhos Brown al final casi me saca de mis casillas (lo de que me guste o no el dibujo infográfico ya es cosa mía y de mis manías). Por otra parte, yo no veo tan innovador lo de insertar la publicidad dentro de la ficción de las viñetas, no es tan diferente de cuando salen los protagonistas de alguna teleserie española desayunando con un luminoso tetrabrick de Pascual en el centro de la mesa.
En cualquier caso, y como siempre sucede, lo mejor es que le echéis un vistazo a la revista y la juzguéis personalmente.
4 comentarios
Frunobulax -
¿Zapatillas? Supongo que es el de El Canto del Moco, que tienen esa canción de "Déjame entrar en tu garito la la la...". Si es que son de un rebelde que pasma.
Por cierto, que el grupo Elbicho, que les conozco personalmente y es de la poca música española que sigo, tienen una canción en su segundo y último disco (hasta ahora) que se llama "Zappatillas". Una referencia oculta a Frank Zappa, al que homenajean sutil y musicalmente. Ahí no me parece ridículo, je...
Yo en mi post que hablaba de Viruete, no es que me retractara de la mala leche o de algún ataque, sino de que opinaba sobre determinadas actitudes anti-blog, y mencioné a Viru porque me inspiró el texto, pero no quería dar la sensación de que me metía con él y... En fin, que tiene razón Glasshead, que me he explicado y justificado tantas veces, que da grima...
Civ -
¿El anuncio de las zapatillas amarillas, Frunobulax? No está mal, pero las zapatillas son horribles :D (y, yéndome por las ramas, ¿hay algo más horrible que titular un disco "zapatillas", arrrrgh)
Frunobulax -
Mr. Glasshead -
De todas formas el tema de este post me parece muy interesante.