De Madrid al cielo

El sábado fue uno de esos días. Tras visitar la exposición de Lichtenstein en el Reina Sofía (muy buena, pero más pequeña de lo que esperaba), nos dirigimos a lo largo de Atocha encontrándonos enseguida con una amplia comitiva de jóvenes y sonrientes gitanas de una belleza que ni Lorca hubiera podido reflejar (luego nos enteramos de que eran familiares del popular, por varios motivos, Farruquito). Poco después, acercándonos ya a la Calle del Prado, nos topamos de frente con la inauguración de la bizarra Iglesia de Cienciología, con sus acólitos, muy parecidos a los mormones, repartiendo información y una orquesta de aspecto bastante ridículo animando el cotarro (también nos enteramos más tarde de que Tom Cruise andaba por allí ganando conversos). Unos metros más adelante, uno de mis amigos y yo nos disponíamos a consultarle a una espectacular mujer qué estación de tren era la más cercana, si Recoletos o Atocha, pero desistimos súbitamente del intento cuando, al darse la vuelta la susodicha, nos percatamos de que era más hombre que todos nosotros juntos. La noche acabó con una de esas baratas pero deliciosas cenas en un chino y con una larga conversación a cuatro bandas sobre mil y una idioteces en un bar de esos en los que el volumen de la música no obliga a gritar cada palabra. Vamos, lo que se dice un buen día.
4 comentarios
Civ -
A ver si llamamos a Tom y quedamos los tres para hablar de nuestras últimas interpretaciones, como en los viejos tiempos, eh Torpin? XD
torpin -
Civ -
Y es cierto, eclipsé un poco a Cruise, pobrecillo, él que venía de estrella y tuve que pasar yo por allí a robarle protagonismo. XD
Patch -