Las manías de los aficionados al cómic
Como en toda afición, los lectores de cómics tienen (tenemos) una serie de rituales que, en mayor o menor medida, solemos cumplir. Estos son algunos de los que me vienen ahora mismo a la cabeza:
- A la hora de comprar un tebeo, coger siempre el segundo ejemplar del montón, nunca el primero. Esto tiene su lógica, el primer ejemplar es el que todo el mundo coge para hojear y suele estar manoseado, lleno de huellas digitales y puede que hasta doblado por las esquinas. Confieso que yo sí llevo a rajatabla esta tradición, tanto que ya la aplico inconscientemente no sólo a cómics sino también a libros, revistas, etc.
- Acudir semanalmente a la tienda especializada. En este caso, no cumplo esta ley no escrita, ya que voy unas dos veces al mes, pero la verdad es que ir una vez a la semana es lo mejor para estar al tanto de las novedades y lo peor para nuestros bolsillos (siempre cae algo).
- Guardar los cómics en bolsitas de plástico. Aquí ya entramos en terreno de coleccionistas puntillosos. Es cierto que si queremos conservar bien el papel es muy conveniente lo de las bolsitas, pero hay que ser un poco selectivo y escoger qué tebeos merecen tal honor y gasto extra (¿o acaso alguien guarda en bolsas los X-Men de Austen? No respondáis...)
- No permitir la entrada de niños pequeños a nuestra habitación o tebeoteca. Esto más que una manía es una actuación razonable, ya que los infantes tienden por naturaleza a coger todo lo que tenga aspecto de tebeo y destruirlo en cuantos más trocitos mejor. En cualquier caso, es más importante que nuestros primitos se diviertan a unas cuantas páginas de papel, ¿no? ¡¿no?!
- Leer en absoluto silencio. Aquí hay discrepancias, mientras que algunas personas son capaces de leer un tebeo mientras escuchan música, ven la tele y oyen los gritos del vecino, otros, como es mi caso, necesitamos total silencio y tranquilidad. Y, ojo, da lo mismo que lo que estemos leyendo sea From Hell o sea el Panini Comics News, la necesidad de concentración será similar.
Bueno, y lo vamos dejando ya, que se nota que estamos en agosto y las ideas escasean.
- A la hora de comprar un tebeo, coger siempre el segundo ejemplar del montón, nunca el primero. Esto tiene su lógica, el primer ejemplar es el que todo el mundo coge para hojear y suele estar manoseado, lleno de huellas digitales y puede que hasta doblado por las esquinas. Confieso que yo sí llevo a rajatabla esta tradición, tanto que ya la aplico inconscientemente no sólo a cómics sino también a libros, revistas, etc.
- Acudir semanalmente a la tienda especializada. En este caso, no cumplo esta ley no escrita, ya que voy unas dos veces al mes, pero la verdad es que ir una vez a la semana es lo mejor para estar al tanto de las novedades y lo peor para nuestros bolsillos (siempre cae algo).
- Guardar los cómics en bolsitas de plástico. Aquí ya entramos en terreno de coleccionistas puntillosos. Es cierto que si queremos conservar bien el papel es muy conveniente lo de las bolsitas, pero hay que ser un poco selectivo y escoger qué tebeos merecen tal honor y gasto extra (¿o acaso alguien guarda en bolsas los X-Men de Austen? No respondáis...)
- No permitir la entrada de niños pequeños a nuestra habitación o tebeoteca. Esto más que una manía es una actuación razonable, ya que los infantes tienden por naturaleza a coger todo lo que tenga aspecto de tebeo y destruirlo en cuantos más trocitos mejor. En cualquier caso, es más importante que nuestros primitos se diviertan a unas cuantas páginas de papel, ¿no? ¡¿no?!
- Leer en absoluto silencio. Aquí hay discrepancias, mientras que algunas personas son capaces de leer un tebeo mientras escuchan música, ven la tele y oyen los gritos del vecino, otros, como es mi caso, necesitamos total silencio y tranquilidad. Y, ojo, da lo mismo que lo que estemos leyendo sea From Hell o sea el Panini Comics News, la necesidad de concentración será similar.
Bueno, y lo vamos dejando ya, que se nota que estamos en agosto y las ideas escasean.
8 comentarios
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J Calduch -
Álvaro -