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Strangehaven

Strangehaven Uno de los cómics que con más ganas espero cada tres o cuatro meses (pues tal es la cadencia de publicación) es, sin duda, Strangehaven, la aún inacabada obra de Gary Spencer Millidge que nos ofrece Planeta en asequibles tomos recopilatorios en B/N y de la que saldrá una nueva entrega en junio bajo el título de “Conspiraciones”. A petición de Javier, hablaré un poco más sobre ella. 

Como ya apunté cuando leí el primer tomo, “Arcadia”, Strangehaven es un pequeño pueblo al que accidentalmente llega nuestro protagonista (o uno de ellos, ya que podríamos decir que es casi una obra coral), un maestro en plena crisis sentimental. Lo extraño viene cuando se da cuenta de que le es imposible salir de allí (todas las carreteras le devuelven siempre al punto de partida) y decide resignarse ante la nueva vida que parece que alguien le esté diseñando a medida (conoce una nueva chica, consigue un nuevo trabajo, traba nuevas amistades... Todo demasiado bonito). A lo largo de ese primer tomo conocimos a muchos de los habitantes de Strangehaven (las relaciones entre ellos son el punto fuerte de este cómic) y nos fuimos percatando de algunos terribles misterios que escondía un lugar tan aparentemente perfecto. En la segunda entrega, “La hermandad”, la trama se complica aún más y las consecuencias de las relaciones entre los mencionados personajes empiezan a salir a la luz. Hay dos momentos en este tomo que me gustaron especialmente: por un lado, la conversación entre Alex Hunter (el protagonista) y el surfista Steve sobre los sentimientos y el sufrimiento por el que se pasa cuando, una vez rota una relación sentimental, te das cuenta de que aún sigues enamorado de esa persona, e intentas que todo vuelva a ser como antes, o que la memoria lo borre y puedas partir de cero, sin conseguirlo jamás, cargando con esa angustia para siempre. El otro gran momento, del que no puedo contar mucho, es en el que Alex vuelve al pueblo tras pasar unos días perdido por el campo. Lo que ve en ese instante no sólo es escalofriante, si no que nos hace replantearnos si todo lo que está ocurriendo y lo que vemos a lo largo de la historia es real o no. En cuanto al dibujo de Millidge (aunque en esta obra la mayor parte del peso la lleva el guión), hay que reconocer que su estilo fotográfico resulta algo estático e inexpresivo en algunas ocasiones, pero no es en ningún caso un mal dibujante.  

4 comentarios

Mr. Glasshead -

Un gran cómic, me está sorprendiendo. Y la tercera parte te deja aún con ganas de saber más. Me encanta la cadencia con la que suceden las cosas y lo que se está planteando hasta el momento. A mí el dibujo me gusta, me parece una seña de identidad. En el tercer tomo me ha costado acostumbrarme al dibujo, que ha perdido los tonos de tinta de los anteriores y parece más elaborado y por lo tanto más estático aún. Pero también se le termina pillando el gusto.

Un saludo, Civ!

torpin -

Habrá que echarle un vistazo... Yo ni me había percatado de la existencia del cómic.

Civ -

Espero que te guste, si no ya sabes, mea culpa ;D

Javier A. -

Gracias Civ, con este pedazo de post me has picado la curiosidad, ya que parece bastante interesante el argumento.
Lo que comentas sobre lo estático del dibujo es lo que echó un poco para atrás cuando lo ví en la librería. Me pillaré el primer número a ver qué tal está.